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@flamencusion

Renace, se reinventa una nueva modalidad de la mano del joven maestro Alejandro Solano, recientemente galardonado con el premio “Filón” al mejor instrumentista en la última edición del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión. El espectáculo, al que su joven creador ha bautizado con el singular nombre de FLAMENCUSIÓN, tiene la virtud de arreglar, para dar un protagonismo absoluto a la percusión, los más importantes hitos que la historia ha dado en este arte tan español. Promete, por consiguiente, alcanzar altas cotas de calidad y de originalidad, asegurando no dejar indiferente al afortunado espectador. No hace falta ser un entendido en flamenco, ni siquiera hay que plantearse si a uno le gustará mucho o poco esta disciplina artística que puede llegar a convertirse en algo más que un entretenimiento “casi en una religión” para aquellos privilegiados a los que ese perverso duende llegue a rascar el alma.

El flamenco, esa pasión desatada que, hundiendo sus raíces en los más profundos sentimientos, y pudiendo ser capaz de hacer llorar de emoción al más profano, retuerce una vez más sus entrañas para dar protagonismo a lo que desde siempre ha ocupado un lugar a la sombra de cantaores, bailaores y tocaores de guitarra, como lo es la percusión. Llevada un paso más allá del típico cajón flamenco, la percusión renace del joven talento de quien, como ya hicieran otros, busca la fusión entre lo antiguo y lo moderno desde el respeto, sin perderle la cara a ese negro morlaco que, emergiendo de la garganta de un cantaor y pasando por palmeros y músicos, descarga todo el arte a través de los tacones de una bailaora, una vez pasado por el fino tamiz de todo un abanico de instrumentos poco tradicionales en los diferentes palos, como bien lo pueden ser las marimbas, los vibráfonos e incluso la trompeta.

Este reto, al que como otros que le han precedido, le faltará contar con el visto bueno y las bendiciones de puristas y entendidos, viene avalado por la calidad musical de Alejandro Solano al frente de marimba y percusión; Adrián García dando vida al vibráfono, así como a la percusión; Rafa Mayans cerrando el tercio de percusionistas; Fran Tornero manteniendo la esencia del más puro flamenco abrazado a su guitarra y Juan Antonio Rubio, quien tratará de ir sacando de su trompeta el alma de aquellos árabes, judíos y gitanos que allá, por el siglo XV amalgamaron talentos y pusieron el germen de lo que hoy es el flamenco tal y como lo conocemos. En todo cuadro flamenco digno de llamarse  así, no pueden faltar cantaores, palmeros y bailaoras, correspondiendo tal protagonismo a las voces de Luís Fernández y José Antonio Chacón, cerrando el cuadro con broche de oro la bailaora Nadia Márquez, plasticidad y embrujo en movimiento.